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El Rastafarismo y las referencias bíblicas de la marihuana

La popularidad de la religión Rastafari es planetaria desde que Bob Marley la difundiera con su prédica y canciones. Como es sabido, dicho culto nace en Jamaica en el siglo XIX, y de la mano de Marcus Gravey adquiere cierto reconocimiento fuera de fronteras. Postula al continente africano, concretamente a Etiopía, como la tierra prometida y a donde los negros de todo el mundo guiados por la mano de Jah (su manera de denominar a Dios), regresarán. Los rastas siguen una cantidad de rígidas disposiciones relativas a su dieta y apariencia así como preconizan el consumo de marihuana o ganja como droga sacramental. En mi memoria persiste como la síntesis perfecta de esta función un viejo graffiti en una desolada playa de la Aguada, Uruguay. No recuerdo el color, pero los trazos de pintura rezaban sobre los viejos bloques de una casilla: “Por el porro hacia Dios. Bob Marley”.

Mario Vargas Llosa, escribió en el año 95 un artículo sobre el tema1 que parecería despeja las tan frecuentes dudas y errores sobre rastas y rastafaris. Sin embargo, a pesar de la maestría y fundamentos con que dicho artículo está escrito, hay una referencia a la marihuana y el rey Salomón en la Biblia, “en cuya tumba brotó”, que no es compartida por otros autores. Basta citar la categórica afirmación del eminente Antonio Escohotado, quien en su Historia de las Drogas 2 dice, “La Biblia hebrea es pobre en referencias a otros fármacos. Hay algunas menciones a la mandrágora… y, salvo error, ninguna al opio y al cáñamo”.

Planteada la contradicción, debe sin duda de recurrirse al texto que la suscita, en este caso nada menos que la misma Biblia, tarea hermenéutica mayor que como es sabido debe procurarse en varios niveles. En el nivel literal y castellano del modesto autor de estas letras resulta bastante difícil encontrar referencias claras al cáñamo en la Biblia. Hay que tener en cuenta que la planta era conocida no sólo por el pueblo redactor sino por varias civilizaciones de aquella época que si hablan y hasta celebran específicamente el uso y cultivo del cáñamo3.

En el libro de Reyes número11 hay un capítulo que se titula “Muerte de Salomón”. Es muy escueto y no hay huellas o señales de marihuana. No queda más remedio que procurar en la leyenda de la tumba del rey Salomón las referencias que faltan en el texto. Claro que el terreno de las leyendas es mucho más vago y discutible que el de la letra de la ley. Así por ejemplo un estudio reciente dice que el aceite de unción estaría fabricado en base a la resina de cannabis y que por cuestiones de censura histórica nunca se han reconocido las innumerables referencias ocultas y alegóricas que existen en la Biblia4

Los voceros contemporáneos del rastafarismo ven el Salmo 104:14 como la más representativa referencia a la marihuana. Ella surgiría del verso “El hace la hierba para alimentar al ganado y la hierba para el servicio del hombre”5. Sin dudas que asimilar hierba a marihuana es una licencia harto discutible. No sólo en término lingüísticos, en el contexto de la liturgia y sobre todo en el más común de los sentidos que generalmente es el más claro norte en tareas interpretativas. Si donde dice hierba debemos leer marihuana, la Biblia sería un panegírico voluminoso y es evidente que el sentido del creador, aquel “Espíritu Santo” que hablaba Bernard Shaw, está bastante más allá de ese deseo.

1 Vargas Llosa Mario, El País, 16/01/1995, Madrid.
2 Escotado, Antonio, Historia de las Drogas, Alianza Editorial, Madrid, 7 ed., 1998, página 87.
3 Por ejemplo entre los pueblos asirios, babilones, índicos y las Vedas.
4 Montoya de Guzmán, Iñigo, “La Biblia y el cannabis”, Ed. CastellArte, 2006
5 La citada traducción que invocan los rastas dista bastante de otras más clásicas y por tanto lejanas a la interpretación pro cannabis, “El hace producir heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre” (Versión de Casidoro de Reina).